¿Cómo afronta Sagitario una ruptura?
Uno de los signos más pagados de sí mismos parecería inmune a los asuntos del amor, y a las rupturas. Pero la realidad es un tanto más compleja para este signo. Las apariencias engañan… y si hay algo que Sagitario cuida son justamente las apariencias. Nunca se permite que le vean débil. De hecho sus verdaderos sentimientos son siempre un misterio para las personas que le rodean y que le aman.
Ese suele ser el gran problema de sus relaciones. Que no transluce y confiesa sus sentires, y los que le aman deben resignarse a tratar de descifrar si les ama o no. Algo que se intensifica en sus relaciones de pareja. Los que aman a Sagitario nunca están seguros del papel que ocupan en la vida del arquero, pues este signo siempre está ocupado en cosas diferentes al amor. Siempre tiene trabajo pendiente, citas o atrasos. Es un hecho sabido que la mayor parte de las veces que Sagitario ve el fin de sus relaciones se debe a su descuido, a la poca importancia que parece dar la vida y necesidades de su pareja.
Cuando su contraparte termina con la pareja, los Sagitario se lo toman en un primer momento como un atrevimiento. ¿Cómo es posible que alguien que tiene menos méritos que él se atreva a dejarle? Debemos mencionar que, desde su punto de vista, los nativos de Sagitario están por encima de todos los demás. Son lo que ponen orden en todas las vidas, y lo que tienen claro que es lo que hay qué hacer en todo circunstancia.
Por desgracia, en el amor el final no se trata de atrevimientos o de falta de consideración: es lo que sucede cuando llegamos a un límite. Y las parejas de Sagitario comprueban que es común que se les haga llegar al límite de su tolerancia con sus faltas de atención.
Una vez que comprende que la cosa va en serio, Sagitario se comporta empresarial. Promete y compensa. Le entrega a su pareja aquello que no le dio antes. O al menos promete que se lo va a dar. A veces funciona, y su pareja regresa, pero la mayoría de las veces no. Sagitario debe comprender, a la mala, que el amor no es un asunto bancario que se arregla con una disculpa y con un saldo a favor.
Cuando sus buenas intenciones no dan resultado, Sagitario pasa a las armas. Suele difundir rumores sobre su pareja y contar su versión de los hechos, cada vez que puede. Lo que trata es de disminuir sobre su reputación las secuelas de lo que ha pasado. En verdad trata de quitarse responsabilidad sobre los hechos, y no es algo que podrá conseguir.
Al final lo que impera sobre Sagitario es un largo duelo, que a veces le lleva a aprender y a veces no. Cuando aprende la lección (y se hace responsable de sus actos y de sus omisiones), Sagitario da señales de haber adquirido esa tan necesaria sabiduría de lo que en verdad es el amor.
Ese suele ser el gran problema de sus relaciones. Que no transluce y confiesa sus sentires, y los que le aman deben resignarse a tratar de descifrar si les ama o no. Algo que se intensifica en sus relaciones de pareja. Los que aman a Sagitario nunca están seguros del papel que ocupan en la vida del arquero, pues este signo siempre está ocupado en cosas diferentes al amor. Siempre tiene trabajo pendiente, citas o atrasos. Es un hecho sabido que la mayor parte de las veces que Sagitario ve el fin de sus relaciones se debe a su descuido, a la poca importancia que parece dar la vida y necesidades de su pareja.
Cuando su contraparte termina con la pareja, los Sagitario se lo toman en un primer momento como un atrevimiento. ¿Cómo es posible que alguien que tiene menos méritos que él se atreva a dejarle? Debemos mencionar que, desde su punto de vista, los nativos de Sagitario están por encima de todos los demás. Son lo que ponen orden en todas las vidas, y lo que tienen claro que es lo que hay qué hacer en todo circunstancia.
Por desgracia, en el amor el final no se trata de atrevimientos o de falta de consideración: es lo que sucede cuando llegamos a un límite. Y las parejas de Sagitario comprueban que es común que se les haga llegar al límite de su tolerancia con sus faltas de atención.
Una vez que comprende que la cosa va en serio, Sagitario se comporta empresarial. Promete y compensa. Le entrega a su pareja aquello que no le dio antes. O al menos promete que se lo va a dar. A veces funciona, y su pareja regresa, pero la mayoría de las veces no. Sagitario debe comprender, a la mala, que el amor no es un asunto bancario que se arregla con una disculpa y con un saldo a favor.
Cuando sus buenas intenciones no dan resultado, Sagitario pasa a las armas. Suele difundir rumores sobre su pareja y contar su versión de los hechos, cada vez que puede. Lo que trata es de disminuir sobre su reputación las secuelas de lo que ha pasado. En verdad trata de quitarse responsabilidad sobre los hechos, y no es algo que podrá conseguir.
Al final lo que impera sobre Sagitario es un largo duelo, que a veces le lleva a aprender y a veces no. Cuando aprende la lección (y se hace responsable de sus actos y de sus omisiones), Sagitario da señales de haber adquirido esa tan necesaria sabiduría de lo que en verdad es el amor.
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