¿Cómo afronta Piscis una ruptura?
Los que han nacido bajo el signo de los peces, debemos decirlo, son el signo que más es terminado en sus relaciones amorosas. Son muy pocas las personas que pueden tolerar la poca responsabilidad de Piscis, sus distracciones, su desastrosa manera de llevar la vida en general. Así es: este signo es el más experimentado en separaciones porque se enamora mucho y se separa mucho.
Lo primero que hace Piscis cuando una relación termina es alejarse. Una de las mejores características del pez es que sabe irse cuando ya no es bienvenido. Y pone una gran distancia de por medio. Desde luego, y obedeciendo a su naturaleza tratará de reconciliarse con sus mejores herramientas: poemas, flores, mensajes, llamadas… pero no lo hará con el suficiente ahínco para que le se tome en serio. Y es que Piscis suele enamorarse más que de la gente, de las emociones y de la manera en que se supone en que debemos de reaccionar ante ellas.
De modo que cuando está enamorado actúa como el mayor de los enamorados, y cuando sufre el desamor pues se comparte como el mayor de los héroes románticos.
La parte buena es que dentro de sí Piscis desarrolla todo un proceso de sanación. Sus mejores habilidades afloran para hacer frente al dolor y controlarlo. La imaginación y la creatividad salen a flote con sus prodigiosas herramientas, y Piscis convierte de este final en actos de creatividad.
Puede que escriba, puede que dibuje, puede que tome fotos. Sea cual sea la disciplina que elija, cada uno de los materiales que produzca le permitirá a Piscis evaluar la situación y evaluarse a sí mismo, en un ejercicio de autoexploración del que puede que salga fortalecido, si sabe jugar bien sus herramientas.
Una vez que esos primeros pasos del duelo han pasado, Piscis se autoimpone otra tarea, no menos dura, y es el arte de estar solos. Los peces no son personas que suelan disfrutarse a sí mismos. Por ello es que después de terminar una relación suelen buscar con desesperación un sustituto para su pareja. Y eso es algo, que desde luego sale mal. No sólo se hacen daño con este, sino que le hacen daño a las personas que involucran en este juego, nada sano.
Una de las cosas que ayuda a Piscis, después de estos malos pasos, es estar solo. Aprender a dejar atrás esa codependencia que le es muy habitual en su vida personal y que sólo le hace añorar algo que tal vez nunca estuvo bien, y que no era amor, si no evitar hacerse cargo de sí mismo.
Al final de amor, si Piscis logra salir de esta soledad con un mejor conocimiento de sí mismo, de su circunstancia, estará mejor preparado para afrontar los siguientes retos de su vida. Entre ellos sin duda el mayor de todos: buscar y hallar a otra persona que, con derecho propio, entre a su vida para compartirla en una comunión sana y verdadera. En amor.
Lo primero que hace Piscis cuando una relación termina es alejarse. Una de las mejores características del pez es que sabe irse cuando ya no es bienvenido. Y pone una gran distancia de por medio. Desde luego, y obedeciendo a su naturaleza tratará de reconciliarse con sus mejores herramientas: poemas, flores, mensajes, llamadas… pero no lo hará con el suficiente ahínco para que le se tome en serio. Y es que Piscis suele enamorarse más que de la gente, de las emociones y de la manera en que se supone en que debemos de reaccionar ante ellas.
De modo que cuando está enamorado actúa como el mayor de los enamorados, y cuando sufre el desamor pues se comparte como el mayor de los héroes románticos.
La parte buena es que dentro de sí Piscis desarrolla todo un proceso de sanación. Sus mejores habilidades afloran para hacer frente al dolor y controlarlo. La imaginación y la creatividad salen a flote con sus prodigiosas herramientas, y Piscis convierte de este final en actos de creatividad.
Puede que escriba, puede que dibuje, puede que tome fotos. Sea cual sea la disciplina que elija, cada uno de los materiales que produzca le permitirá a Piscis evaluar la situación y evaluarse a sí mismo, en un ejercicio de autoexploración del que puede que salga fortalecido, si sabe jugar bien sus herramientas.
Una vez que esos primeros pasos del duelo han pasado, Piscis se autoimpone otra tarea, no menos dura, y es el arte de estar solos. Los peces no son personas que suelan disfrutarse a sí mismos. Por ello es que después de terminar una relación suelen buscar con desesperación un sustituto para su pareja. Y eso es algo, que desde luego sale mal. No sólo se hacen daño con este, sino que le hacen daño a las personas que involucran en este juego, nada sano.
Una de las cosas que ayuda a Piscis, después de estos malos pasos, es estar solo. Aprender a dejar atrás esa codependencia que le es muy habitual en su vida personal y que sólo le hace añorar algo que tal vez nunca estuvo bien, y que no era amor, si no evitar hacerse cargo de sí mismo.
Al final de amor, si Piscis logra salir de esta soledad con un mejor conocimiento de sí mismo, de su circunstancia, estará mejor preparado para afrontar los siguientes retos de su vida. Entre ellos sin duda el mayor de todos: buscar y hallar a otra persona que, con derecho propio, entre a su vida para compartirla en una comunión sana y verdadera. En amor.
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