¿Cómo afronta Capricornio una ruptura?
Los nativos de este signo son, en el amor, un ejemplo de organización y de cuidado. No hay nadie más amoroso y más volcado a las necesidades de su pareja. Por ello es asombroso cómo, cuando el amor se termina, para este signo todo se desintegra de manera desastrosa, y ninguna precaución vale. Para este signo el fin de una relación es una verdadera calamidad que se puede extender por meses y por años.
Sólo después de largas deliberaciones e intentos Capricornio se decide a terminar con una relación. Nunca le es sencillo, pues creer en el amor y su predestinación de manera absoluta. Si es su pareja quien termina la relación, las cosas no mejoran, pues para Capricornio esto es señal de que falló en todos los sentidos, como pareja, como amante, y como ser amado.
A la gran tristeza que este momento significa para Capricornio sigue un deseo desesperado por socializar. Capricornio es uno de los signos que sabe establecer grandes círculos de apoyo. Convoca a amigos y familia, y comparte con ellos con avidez, tratando de olvidar, de dejar atrás lo que ha sido destruido. A veces lo consigue, pues para Capricornio el amor sincero (de cualquier especie y venga de quién venga) es el mejor de los antídotos contra cualquier forma de suplicio.
Durante todo ese tiempo Capricornio se niega, sin embargo, a resolver los temas prácticos de toda separación, a entregar, devolver o tramitar, y sobre todo a enfrentarse a su ex pareja. No les fácil, y no se trata de un tema de simple egoísmo. Es sencillamente que verse en los ojos de la persona que ya no les ama les hace sentirse bajo un escrutinio terrible, que sólo aumenta la intensidad de su dolor.
Capricornio suele darse cuenta de que las cosas no se van a arreglar por sí mismas, y entonces decide ponerse manos a la obra. En un ejercicio de autoconservación sale a viajar, a conocer nuevos lugares y nueva gente, y a veces consigue alejarse lo suficiente de sí mismo para sentir que ya puede comenzar de nuevo.
Sin duda, lo que más beneficio le trae a un Capricornio es un cambio de escenario y de personajes. Ese nuevo aire le permite arrojar de sí mismo los aires tóxicos del fracaso y del amor que está destinado a desaparecer.
Entonces Capricornio suele tomar la mejor de las decisiones (o al menos la mejor que cualquier signo puede tomar en aspectos del desamor) y esa es que convierte a la frustración en una energía para mejorar su vida. Nada hay que nos cure mejor que esforzarnos en levantarnos y encaminarnos a nuevos retos. Para evitar el dolor que puede quedar de la separación se dedica a sí mismo: hace ejercicio, estudia, crea… De ese modo Capricornio se prepara para la próxima ocasión que el amor aparezca en su vida. Y obtiene, en el proceso, una mejor versión de sí mismo.
Sólo después de largas deliberaciones e intentos Capricornio se decide a terminar con una relación. Nunca le es sencillo, pues creer en el amor y su predestinación de manera absoluta. Si es su pareja quien termina la relación, las cosas no mejoran, pues para Capricornio esto es señal de que falló en todos los sentidos, como pareja, como amante, y como ser amado.
A la gran tristeza que este momento significa para Capricornio sigue un deseo desesperado por socializar. Capricornio es uno de los signos que sabe establecer grandes círculos de apoyo. Convoca a amigos y familia, y comparte con ellos con avidez, tratando de olvidar, de dejar atrás lo que ha sido destruido. A veces lo consigue, pues para Capricornio el amor sincero (de cualquier especie y venga de quién venga) es el mejor de los antídotos contra cualquier forma de suplicio.
Durante todo ese tiempo Capricornio se niega, sin embargo, a resolver los temas prácticos de toda separación, a entregar, devolver o tramitar, y sobre todo a enfrentarse a su ex pareja. No les fácil, y no se trata de un tema de simple egoísmo. Es sencillamente que verse en los ojos de la persona que ya no les ama les hace sentirse bajo un escrutinio terrible, que sólo aumenta la intensidad de su dolor.
Capricornio suele darse cuenta de que las cosas no se van a arreglar por sí mismas, y entonces decide ponerse manos a la obra. En un ejercicio de autoconservación sale a viajar, a conocer nuevos lugares y nueva gente, y a veces consigue alejarse lo suficiente de sí mismo para sentir que ya puede comenzar de nuevo.
Sin duda, lo que más beneficio le trae a un Capricornio es un cambio de escenario y de personajes. Ese nuevo aire le permite arrojar de sí mismo los aires tóxicos del fracaso y del amor que está destinado a desaparecer.
Entonces Capricornio suele tomar la mejor de las decisiones (o al menos la mejor que cualquier signo puede tomar en aspectos del desamor) y esa es que convierte a la frustración en una energía para mejorar su vida. Nada hay que nos cure mejor que esforzarnos en levantarnos y encaminarnos a nuevos retos. Para evitar el dolor que puede quedar de la separación se dedica a sí mismo: hace ejercicio, estudia, crea… De ese modo Capricornio se prepara para la próxima ocasión que el amor aparezca en su vida. Y obtiene, en el proceso, una mejor versión de sí mismo.
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