¿Cómo afronta Aries una ruptura?

Cuando ellos dicen adiós
Es habitual que la gente de Aries se aburra fácilmente. Y eso hace que los carneros demanden relaciones intensas, tormentosas, profundas… Es decir, una relación que les mantenga bien alertas y ocupado. Quieren que su vida amorosa sea un camino cuesta arriba, con sus dificultades, pero también con un avance.Si piensan que la relación no es lo suficientemente candente o interesante, huirán apenas y una rendija de la puerta les dé la oportunidad de hacerlo.
Cuando un Aries genera una ruptura sentimental, él o ella hacen un corte perfecto. Se van, se llevan lo que es suyo, y no miran atrás. Callan lo que sienten y se cuidan de no enviar señales de arrepentimiento. Para ellos no hay marcha atrás cuando el corazón pierde el interés.
Sin embargo, eso sólo dura un tiempo. Lo cierto es que Aries, pasado un tiempo, y por esa costumbre que tiene de callar lo que siente, puede hacer algunas locuras cuando la sensaciones de la ruptura lo invaden. La primera de ellas es la culpa y la segunda suele ser el arrepentimiento.
La gran ventaja de Aries es que sabe hacer de su dolor un motor productivo. Y en lugar de darse a la bebida o al juego, se pone a trabajar como un demente. Se asigna tareas como para matar de cansancio a un toro, y trabaja de sol a sol, hasta que el cansancio o el éxito terminan por cauterizar la herida.
Si ellos son los que son dejados atrás
El ego de los Aries es muy grande, y es poco habitual que, cuando ven que su relación va mal, permitan que las cosas lleguen al punto de que les digan adiós. Por regla general ellos son los que terminan todo. Pero puede suceder que sean los abandonados por la poca atención que dan a sus parejas y por que ponen al amor siempre por detrás de prioridades materiales.Cuando los terminan, los Aries se niegan a aceptar la realidad, y actúan como si su pareja estuviera haciendo una mera representación. Tardan en comprender la verdad de los hechos. Y cuando al fin sucede, y ven el rumbo definitivo que han tomado las cosas, su primera reacción es viajar, dejar atrás de manera física aquellos que les produce dolor (y es que, al final de cuentas, Aries reconoce el sufrimiento que le provoca perder el amor, a pesar de su enorme ego).
No les es sencillo seguir adelante, más por una cuestión de orgullo que de amor. Suelen dejar atrás a los amigos mutuos de la pareja, y no tratan de entablar contacto con la persona amada. Si hay que firmar papeles lo hacen sin chistar.
Pasado el viaje y el alejamiento, pueden volver a ser ellos mismos, sin problema. O eso fingen: de sus labios nadie escuchará una queja, pero tampoco un reconocimiento de su responsabilidad en la ruptura.
Son duros de roer, y ese estado de negación continúa hasta que pueden pasar a lo siguiente, que siempre es otra pareja.
Envía tu comentario