¿Cómo afronta Acuario una ruptura?
Para los nativos del signo del Aguador los cambios en la vida son algo siempre positivo, nos provoquen o no dolor, nos muevan o no a enfrentarnos a nosotros mismos, y por regla general reciben de buen grado cualquier tipo de innovación… Aunque cuando se trata de esos cambios que se relacionan con el fin del amor la cosa no es tan sencilla.
Los Acuario, a pesar de que tienen una visión muy holgada de la vida, y de que creen que las cosas pasan por una razón, que todo pasa por una razón, se ven amargamente sorprendido cuando se ven frente al fin de una relación, ya sea que la deben terminar o que les anuncien que ya llegó a su fin.
Y es que, al final de cuentas, como le pasa a todo revolucionario, Acuario posee una psique muy frágil, y esa confianza que le distingue se ve amenazada cuando el amor le deja atrás. Y es que todo acto que involucre a los demás es para este signo vital, pues sólo sabe medirse a sí mismo si es en relación con la gente que rodea. Y en ese esquema el amor es la más importante de las herramientas para sentir que su vida tiene algún sentido. Y cuando se ve, queda un gran hueco en el corazón de Acuario.
Este signo no es de los que piden segunda oportunidades, ni de los que suplican. Y por ello Acuario, demasiado orgulloso, nunca intenta volver a sus relaciones anteriores. Prefiere el arduo trabajo de aceptar su soledad y de aprender a aprovecharla en su beneficio.
Con ese fin Acuario cambia de escenario, Y cuando decimos que cambia de escenario en una relación nos referimos a que de verdad cambia de escenario. Se mueve de locación, de casa, de vida. Este es un signo que no teme quemar las naves para evitar el dolor de una partida o el dolor de que le dejen atrás.
Acuario comienza una nueva vida cuando el amor se va. Hasta puede considerar un cambio de trabajo si el anterior le implica tener que entrar en contacto con su ex. No hay que decir que deja atrás a sus amigos comunes, a la familia de su ex pareja, los sitios preferidos… Para Acuario el final de una relación se trata de cortar de tajo pues de ese modo lo terrible sólo duele una vez y brevemente.
La parte buena de este duelo tan extremo es que Acuario puede usarlo como principio de una de las muchas transformaciones que experimenta a lo largo de su vida. De este cambio saldrá fortalecido y algo ajado. Cada desilusión se graba a fuego en el corazón de Acuario. Y no hay que tener duda de que aprende de ellas. El amor es la más dura de esta caídas, y su parte buena es que enseña al Aguador que se puede levantar, recuperar y reinventar sin importar la gravedad del dilema, ni las condiciones bajo las que deba enfrentarlo. Esa es la magia del desamor para Acuario.
Los Acuario, a pesar de que tienen una visión muy holgada de la vida, y de que creen que las cosas pasan por una razón, que todo pasa por una razón, se ven amargamente sorprendido cuando se ven frente al fin de una relación, ya sea que la deben terminar o que les anuncien que ya llegó a su fin.
Y es que, al final de cuentas, como le pasa a todo revolucionario, Acuario posee una psique muy frágil, y esa confianza que le distingue se ve amenazada cuando el amor le deja atrás. Y es que todo acto que involucre a los demás es para este signo vital, pues sólo sabe medirse a sí mismo si es en relación con la gente que rodea. Y en ese esquema el amor es la más importante de las herramientas para sentir que su vida tiene algún sentido. Y cuando se ve, queda un gran hueco en el corazón de Acuario.
Este signo no es de los que piden segunda oportunidades, ni de los que suplican. Y por ello Acuario, demasiado orgulloso, nunca intenta volver a sus relaciones anteriores. Prefiere el arduo trabajo de aceptar su soledad y de aprender a aprovecharla en su beneficio.
Con ese fin Acuario cambia de escenario, Y cuando decimos que cambia de escenario en una relación nos referimos a que de verdad cambia de escenario. Se mueve de locación, de casa, de vida. Este es un signo que no teme quemar las naves para evitar el dolor de una partida o el dolor de que le dejen atrás.
Acuario comienza una nueva vida cuando el amor se va. Hasta puede considerar un cambio de trabajo si el anterior le implica tener que entrar en contacto con su ex. No hay que decir que deja atrás a sus amigos comunes, a la familia de su ex pareja, los sitios preferidos… Para Acuario el final de una relación se trata de cortar de tajo pues de ese modo lo terrible sólo duele una vez y brevemente.
La parte buena de este duelo tan extremo es que Acuario puede usarlo como principio de una de las muchas transformaciones que experimenta a lo largo de su vida. De este cambio saldrá fortalecido y algo ajado. Cada desilusión se graba a fuego en el corazón de Acuario. Y no hay que tener duda de que aprende de ellas. El amor es la más dura de esta caídas, y su parte buena es que enseña al Aguador que se puede levantar, recuperar y reinventar sin importar la gravedad del dilema, ni las condiciones bajo las que deba enfrentarlo. Esa es la magia del desamor para Acuario.
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